jueves, febrero 04, 2016


Cherry Blossom Lapin
Tinta/digital ©CeciliaReynal 2016


Para algunos ser valientes es animarse a cambiar de trabajo, animarse a hacer "ese" viaje, a dejar la rutina, a escalar una montaña, salvar vidas, aceptar responsabilidades, decir sí, quiero. O decir que no.

La valentía puede entrar en muchos marcos de diferentes realidades y conciencias.

Hoy me toca de cerca, la valentía de abrir el corazón y sostener el vacío que ello a veces provoca. Algunas veces al abrirlo vuelven multiplicadas las energías felices y nos rodeamos de una seguridad y confianza que pensamos ya nunca más nos va a abandonar. Pero quiero decirles, según mi experiencia, que al abrir el corazón, éste continúa expandiéndose y es normal sentir miedo e inseguridad si el camino que se abre es virgen de conceptos y de respuestas, el presente se convierte una hoja en blanco a ser habitada, donde la soledad es la mera compañía y las añoranzas de esos sitios uterinos que nos nutrieron alguna vez, querrán demorarnos y retroceder un poco.

Entonces, siento que, abrir el corazón es una travesía para los valientes. Animarse a saltar a lo desconocido de nuestro propio mundo emocional y explorar qué hay más allá de una cómoda realidad, requiere coraje. Y contar lo que se siente en el trayecto, también. Porque podemos equivocarnos, dudar, perdernos, o simplemente "no saber". Y saber escuchar lo que el otro tiene para decir, también es un arte. El tema es cómo saber si estamos siendo escuchados cuando hay silencio del otro lado, y el eco que regresa es el nuestro.  Sí, a veces el silencio duele y el eco también.

Y me abro, y digo, expreso, e invito a que los otros pierdan el miedo, y digan, cuenten, expresen. No importa qué, ni el cómo. No hay manera perfecta de expresarse cuando somos únicos e irrepetibles criaturas (creaturas) creadas con el sólo propósito de expresarnos en nuestra única y hermosa manera.

Después de todo, la vida es muy corta para andar con tanto miedo.


Be brave.


C.




No hay comentarios:

Y la Tierra empezó a sacudirse. Y el temblor fue tan grande que  sacó del sueño a más de uno. Y no fue amable, más bien certera ...