viernes, octubre 22, 2010

Cuando allá en Buenos Aires sale el sol, acá en Francia algunos empezamos a prender la chimenea, ya no salimos a la calle sin campera y en las cocinas humean guisos calóricos y chocolate caliente.
Me hago la idea de pasar un invierno sin haber puesto los pies en la Argentina después de unos cuantos meses. Está bien, en realidad no está tan mal. Mal está la economía del país, como en Argentina, va. El sistema capitalista da los últimos manotazos de ahogado, y sobrevive a costa de un montón de seres humanos engañados por el maquiavélico plan que tuvieron algunos hace un tiempo atrás. El sistema fue creado para caducar, y con el buque se hunden todos los pasajeros. Aunque siempre sobreviven los más valientes, las damas y los niños porque los sacan primero, o alguno que de casualidad se encontró una puerta flotando en el medio del gélido océano. Y los ricos. Pregúntenle a Rose (dice Jack que no lo logró).

En fin, qué hago hablando de política, no es mi campo de batalla, con el mío propio me basta y sobra.
El invierno me gusta. Esto de "guardarse adentro" me hace bien.
Estoy meditando y eso suma más que nunca. en realidad te siguen pasando las mismas cosas de todos los días, pero la diferencia es que estás más calmo y sereno para tomar decisiones, para no responder huevadas, y para callarte la boca cuando estás a punto de crear con tus palabras un incidente fatal. ¡Chito la boca! Ahhhh la meditación a veces nos vuelve menos impulsivos y ganamos horas de paz y armonía con nuestros cónyuges. No está tan mal, como les digo. Cuando ya estás cansado de pelear por nada, cuando estás al límite de extrangular a cualquier partenaire de la familia, cuando decís que siempre la culpa la tiene el otro....es hora de meditar. El que tiene ganas me pregunta y yo les tiro unos tips.
Chau.
©®
meditar en Buenos Aires con Luciana.

Y la Tierra empezó a sacudirse. Y el temblor fue tan grande que  sacó del sueño a más de uno. Y no fue amable, más bien certera ...